Nada es personal...

Una de las cosas que más trabajo me costó aceptar y aprender a comprender de la vida es que todo lo negativo que venga de otras personas no tiene nada que ver conmigo, es decir que no importa lo que hagan o digan, nada es personal o por lo menos así debemos verlo. Parte de crecer espiritualmente es aprender a ver todo lo que nos rodea con ojos de amor y comprensión para que lo malo no nos toque ni afecte y mucho menos desarmonice nuestro contento y tranquilidad.

Es difícil no encontrar en el camino personas que nos hagan daño, amigos que nos fallen, familiares que nos decepcionen, personas que nos traicionen o simplemente, extraños que nos hagan pasar un mal rato. Es inevitable no encontrarnos con caras largas y miradas negativas caminando por las calles, lo que si podemos evitar es que eso nos inquiete y por esto, es necesario aprender a perdonar y soltar.

Cuando tengas una mala experiencia con una persona, sea quien sea, recuerda que el problema no eres tú, sino esa persona, ya que lo que decimos y hacemos es reflejo de la clase de alma que tenemos y es mejor saber reconocerlas para saber entenderlas y mantenerlas alejadas de nosotros. El mundo se envuelve en energías todo el tiempo, energías positivas y negativas que se debaten a nuestro alrededor, incluso en nuestro interior. La clave es saber qué hacer con lo que nos sucede, adquiriendo siempre la mejor actitud de cada dolor o desilusión para que ésta no afecte nuestra vida y mucho menos nuestra forma de verla y sentirla.

Cada vez que el ser humano me desilusionaba mi mama me decía, “uno no perdona lo que no comprende” y fue con los años que pude entender lo que me quería enseñar con esta frase, debemos comprender que no todos son felices o tienen un mundo interno en paz y es con sus acciones dañinas que logran liberar sus dolores no resueltos o frustraciones.

El dolor es parte de la vida, sí, pero el sufrimiento es opcional, como decía Buda. Por eso quiero compartirles como aprendí a manejar las situaciones punzantes y sobre todo a la gente toxica, para que no me entristezca, mirándolas con comprensión, intentando saber que les sucede o que les sucedió para convertirse en personas negativas. Recuerden que nadie equilibrado va por el mundo haciendo daño o haciendo sentir mal a los demás, eso solo lo hace alguien insatisfecho y me atrevería a decir que hasta desequilibrado.

Por eso empecemos a mejorar las energías en nuestra vida cambiando nosotras mismas, comprendiendo las vivencias de los demás para poder entrar a perdonarlos y así soltar todo aquello que nos agobia o sobresalta. Dejemos el ego a un lado para poder vivir mejor con todos los que nos rodean, luchando como digo siempre por ser felices y vivir en armonía pues al fin de cuentas, nada es personal. ¡Feliz Viernes!