Sabiendo lo que queremos

Comenzar un nuevo año siempre nos lleva a pensar en nuestra vida y en donde estamos. El tiempo pasa cada vez más rápido y de pronto abrimos los ojos y nos vemos llegando a un punto que veíamos distante.

Me refiero al punto donde replanteamos nuestra existencia con preguntas como, ¿amo mi trabajo?, ¿soy feliz con mi pareja? ¿quiero tener hijos?, ¿algún día me casaré? y la pregunta más dura de todas, ¿soy esa persona que quería ser?

Todas estas interrogantes nos pueden deprimir si la respuesta no es positiva o lo que es peor, si no tenemos una respuesta.

Es difícil saber perseguir lo que queremos pues en muchas ocasiones no lo tenemos claro. Para lograr nuestras metas, debemos primero establecerlas para poder perseguirlas.

Los que me conocen saben lo mucho que amo escribir y ayudar a la gente, pero debo confesar que hace muy poco pase por un proceso de estancamiento conmigo misma donde me vi bien, pero no feliz.

Un desaliento me invadía, una tristeza que no me dejaba ver con claridad los pasos que debía seguir para volver a sentirme yo misma y ser completamente feliz.

Me di cuenta que los días pasaban y me llevaban con ellos, pues al no entender que me pasaba, no lograba saber que lo que esa melancólica me quería decir era que debía definir lo que en verdad quería para mí para cambiar todo aquello que no me llenaba.

Así que decidí alejarme de todo y tomar un viaje con mi mejor amiga, haciendo un cambio al menos de ambiente y a todo lo que se había vuelto mi rutina diaria.

Lejos y entre la tranquilidad que proporciona la belleza de los paisajes colombianos y de la compañía de alguien que me conoce de siempre, logre ver el panorama de mi vida con claridad y tomar decisiones que, aunque radicales, fueron las que me devolvieron esa motivación que tenía perdida

Y comprendí que para lograr el cambio debes hacer el cambio, aun cuando de miedo. La vida es tan corta que no podemos perder tiempo esperando a que algo pase y cambie lo que nos molesta, nosotros debemos hacerlo.

Debemos ser quienes tomemos el rumbo de nuestra vida, arriesgándonos a hacer cosas diferentes, a viajar a lugares nuevos y conocer nuevas formas de pensamiento que nos expandan y ayuden a conocernos y saber que queremos para poder perseguirlo.

Ya sé que quiero y estoy construyendo ese camino que me llevara a mi meta final. Eso sí, disfrutando del proceso, descubriéndome cada vez más, dejando que la vida me siga sorprendiendo sin soltar el timón de mis decisiones que son las que me conducirán a sentirme realizada.

Les comparto mi experiencia para que no se asusten si están confundidos respecto a su vida o algún aspecto de ella. Del miedo, es que brota la fuerza que necesitamos para ser determinados en la búsqueda de la vida que soñamos.

No se rindan y arriésguense, algunas veces hay que dejarlo todo y volver a empezar y otras, soltar y tener fe en que todo saldrá bien, pues si lo creemos, así será.

¡Feliz día!