A los papás y mamás

Recuerdo una vez, mi abuelo me contaba que el día más feliz de su vida había sido cuando nació mi mamá.

Al oírlo hablar con tanto entusiasmo tuve que preguntarle qué se sentía ser papá, a lo que me respondió que era el sentimiento más hermoso que un ser humano podía experimentar.

Seguramente mi abuelo noto el escepticismo en mi rostro frente a sus palabras ya que en seguida me dijo, “el verdadero amor son los hijos, y me daría mucha tristeza que no conocieras ese amor”.

Aun cuando el anhelo de tener hijos sigue nulo en mí y ha sido así desde que tengo memoria, sus palabras se grabaron en mi.

En mi Blog nunca he hablado de la paternidad o de la maternidad pues no tengo hijos, o tal vez sea porque en mi mente ser mamá nunca ha sido una opción, aun cuando hoy me veo rodeada de amigos que ya son papás o que desean serlo.

No me malinterpreten, me gustan los niños, pero en mi concepto de la vida nunca he tenido el sentimiento de querer ser mamá ya que siempre me he visualizado como alguien ajeno a ese ser altruista y entregado que tengo en mi mente, es una mamá.

El concepto que tengo de maternidad lo adquirí de mi mamá, pues para mí, ella fue la mejor mamá ya que siempre estuvimos primero que sus ambiciones o planes, donde lo único que siempre le importó fue vernos felices, aun cuando esto le costara su propio bienestar.

Después de mucho tiempo, me di cuenta que eso no es ser mamá, pues uno tiene una vida propia, pero así decidió ser mi mamá y con su decisión generosa, nos hizo dichosas pues siempre contamos con ella y su presencia fue siempre una constante en nuestra vida.

Hoy quiero hablar de este tema pues aun cuando carezco de experiencia y de instinto maternal, sigo conmemorando las palabras de mi abuelo al ver la expresión sonriente e ilusionada en aquellos que me cuentan que serán papás.

Dicen que ser padres es el trabajo más importante y el más duro, pero el único trabajo que te llena de satisfacciones. Tener un hijo, simboliza el amor que tienes con tu pareja y que alguien nazca con un poco de los dos mientras complementa tu papel en esta vida.

Y ves a tus amigos que son padres cansados, con ojeras en sus ojos y expresión dormida pero con un brillo en los ojos como aquel que aparece en los ojos de un enamorado.

Parece que todo vale la pena por tener esa emoción indescriptible de tener un hijo y de poder oír ese sonido esperado de una voz suave diciendo, "mama".

Sin duda es una felicidad inmensa, una que no comprendo pues no la he vivido, pero que cada vez percibo más y más.

Ahora entiendo el porqué de tanta entrega, de tanta paciencia, protección, fuerza y responsabilidad.

De verdad que admiro a todos los que son y desean ser padres pues decidieron amar a otro ser humano más de lo que se aman a sí mismos, ya que lo único más importante que el amor propio, es el amor que se siente por los hijos.

Los hijos no piden nacer, alguien más lo decidió (bueno, algunas veces) pero si uno tomó esa decisión debe afrontarla con toda responsabilidad y compromiso de hacer que esa personita que uno está trayendo al mundo no solo sea una persona de bien, sino que sea feliz.

Por eso, este articulo quiero dedicarlo a todas esas mamitas y papitos, que tienen el trabajo más importante de todos y sobretodo, por tener la valentía para querer hacerlo. Mi profunda admiración y respeto.

¡Feliz día!