Mi amigo, El ejercicio.
- Susie Sucesos
- 26 may 2017
- 3 Min. de lectura

Está científicamente comprobado que el ejercicio ayuda con nuestro estado de ánimo, pues al ejercitarnos nuestro cerebro produce endorfinas que son las que nos hacen sentir feliz, al igual que hace que produzcamos serotonina, la sustancia química que regula nuestras emociones, el apetito, la memoria, incluso nuestro deseo sexual.
Puedo continuar narrándoles los incontables beneficios que conlleva el hacer ejercicio o, contarles mi experiencia y como gracias a éste logre salir adelante de varias situaciones donde mi mente intento jugarme malas pasadas, transportándome a pensamientos o recuerdos tristes, justo cuando mi ánimo se encontraba por el suelo.
Como algunos saben, el suceso más triste en mi vida fue la muerte de mi mamá. Para mi, perderla fue empezar a ver la vida sin motivación, había perdido a mi principal motor, a esa persona que siempre encontraba las palabras perfectas para hacerme sentir segura y que tuviera la fuerza para continuar luchando por mis sueños. Por esta razón fue inevitable no ver a todos los días como grises, y yo seguía con mi vida, con mi trabajo, con mi vida en pareja, los amigos, las horas, viviendo con una sonrisa fingida y un vacío pavoroso en mi pecho.
Todos los días me levantaba prometiendo sentirme mejor, que ese día sería diferente, lo tenía que hacer por mí y sobre todo por mi mama quien me enseño a ser siempre fuerte y a mirar hacia adelante con dignidad y optimismo. Desafortunadamente mi propósito fallaba y sin que nadie lo supiera, continuaba sintiéndome vacía y deprimida.
Gracias a mi pareja pude tomarme un tiempo para mí y empecé a ir al gimnasio todos los días, con la intención disfrazada y el anhelo vanidoso de que me ayudaría a verme más delgada, desconociendo que se convertiría en mi salvavidas y en la fuente de todas mis ideas, ya que haciendo ejercicio fue que comencé a sentirme mejor, a sentirme yo misma otra vez.
Cada vez que amanecía bajita de ánimo me iba para el gimnasio, a trotar o a caminar, conteniendo a mi mente para que ésta dijera lo que quisiera decir, pero después del ejercicio, controlando así a mi mente y a la cual desde ahí, me gusta llamar, la loca de la casa. De esta manera mis emociones comenzaron a ser cada vez más alegres al igual que mis pensamientos los que fueron transformandose en ideas de emprendimiento y de donde broto nuestro negocio propio y nuestra independencia económica.
El ejercicio me ayudo a recuperarme de mi tristeza mientras lograba inspirarme en varios aspectos de mi vida, convirtiéndose en mi amigo, en mi aliado que cuida mi cuerpo y mi mente. Quiero que sepan que con esto descubrí que en nosotras, es que está el poder de hacer lo que queramos y las herramientas para curar cualquier herida y levantarnos de cualquier fracaso, solo debemos encontrar la forma de ayudarnos a estar mejor.
Cuando algo te deprime no hay nada ni nadie que pueda ayudarte, te lo digo pues mis amigos, familiares y pareja fueron incondicionales y estuvieron siempre ahí para animarme, aun sin éxito. De esta manera me di cuenta que la felicidad es una condición que está adentro de uno y por esto, solo uno puede despertarla. Es un reto, pero solo uno puede aliviar su dolor, recobrarse y seguir adelante luchando por alcanzar la felicidad, controlando a la loca de la casa.
No te encierres cuando estés triste o preocupada, aprendamos a controlar nuestros pensamientos y a suavizar las emociones negativas, pues es inevitable no sentirlas. La próxima vez que te sientas agobiada ponte un par de tenis y sal a trotar o a caminar, con música y la mejor compañía, tu misma. Veras como en el camino encontraras la forma de vivir la solución y ver todo de la mejor manera.
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