La loca de la casa
- Susie Sucesos
- 30 may 2017
- 3 Min. de lectura

En el último artículo mencione por primera vez a la loca de la casa, nombre que junto con mi mamá decidimos hace mucho tiempo darle a nuestra mente. Hoy, quiero profundizar en ella, la mente, ese huésped que habita en nuestros cerebros, el lado intelectual del alma que percibe al mundo por nuestros ojos y vivencias, esa que descifra quienes somos mediante pensamientos, nuestra amiga imaginativa y algunas veces, nuestra peor enemiga.
La mente, aquella que nos juega malas pasadas arrastrándonos a tener pensamientos negativos pero, no todo es su culpa, ya que en la mayoría de los casos somos nosotros mismos quienes le permitimos que nos sumerja en las dudas, el miedo y la incertidumbre, permitiendo que nuestros pensamientos se desborden y nos lleven a asumir también sentimientos nocivos y tristes. Esto sucede cuando consentimos que la loca de la casa entre a controlarnos, dejándola llevarnos a suponer lo peor de cualquier situación, a pensar demasiado, encontrando preguntas a las cuales tal vez, nunca les encontremos una respuesta.
Pasamos más los días pensando que sintiendo, que viviendo, sumergiéndonos en el ego, los celos, la avaricia, las frustraciones y errores que hemos cometido, castigándonos por los problemas y temiendo al cambio o a cualquier situación ajena a nuestra cotidianidad. Todo esto es producto del descontrol de la loca de la casa, la cual al ser la racional, le permitimos que sea la que entre a evaluar la situación sin saber que su lado racional puede llegar a ser pesimista y alejarnos de las emociones, despertando los miedos que todos tenemos de los errores cometidos y del futuro incierto.
Con el paso de los años y siendo víctima en incontables situaciones de mi mente, decidí que uno de mis principales propósitos de vida sería lograr que mis pensamientos no jugaran conmigo, aprendiendo a dirigirlos a sitios positivos, entendiendo que mis sentimientos dependen de como mi mente esté procediendo. Y así, para no dejar que mis pensamientos afectaran mi paz interior, escogí controlarlos por medio del ejercicio, de la meditación y sobretodo, de los sentidos que me enseñaron a nunca suponer, saber que nada es lo que parece y que las cosas siempre pueden ser peores.
Bien dice el dicho, “el que mucho piensa pierde” y es verdad pues pensamos mucho y sentimos muy poco. Es sustancial saber que la mente controla las situaciones por medio de nuestros pensamientos, aquellos que preferimos oír a las emociones pues son los racionales, pero no debemos dejar a un lado a nuestros otros instintos, a ese sentimiento que se forma en el pecho cuando sentimos que algo está o no bien. Oigamos más nuestro corazón, el único órgano que nos habla y el cual debemos atender como lo hacemos con la mente, esa loca que siempre buscara la forma de intervenirnos.
Como les dije antes, el ejercicio es fundamental en esta labor pues nos permite relajar nuestro cuerpo, tranquilizándolo al punto que nuestra mente logra apaciguarse también, siendo menos ansiosa y más efectiva, dejando de vivir el problema y comenzando a vivir la solución. La meditación es otro medio infalible y cualquiera puede hacerlo. Por medio de la meditación el cuerpo y el alma se calman, ingresando a un estado de bienestar pues libera el estrés y aclara las situaciones que sufre la mente por medio de la paz interior que se siente al encontrarnos con nuestros sentidos.
Por esta razón debemos luchar por nuestra tranquilidad y felicidad, la cual llega cuando cumplimos nuestras metas y sueños. Hay una frase de Paulo Coelho, uno de mis escritores favoritos y liberador en momentos de angustia que dice así, “cuando deseas algo, todo el universo conspira para que realices tu deseo”. Esta frase siempre logro animarme pues comprendía como con un solo pensamiento positivo podía cambiar mi vida y que ésta fuera lo que yo quería.
Los pensamientos son energía que le envías al universo y éste te responderá tal y como le hablaste, positiva o negativamente. He ahí la importancia de alejar a la mente de la negatividad y conducirla por senderos prósperos, pensando y sintiendo siempre que lo mejor llegara pues lo merecemos.
Cuando dominemos nuestros pensamientos, dominaremos nuestra vida pues entenderemos que el mundo es mágico y puede ser modificado con solo pensarlo, esperando siempre lo mejor, sabiendo que no importa que tan grande sea el obstáculo, si lo crees, el universo encontrara la forma de rescatarte del desasosiego y que encuentres la solución a cualquier problema. Lo mismo con tus metas, encamina tu mente a pensar en tus sueños y éste luchara por hacerlos realidad.
Empecemos a levantarnos todos los días con un pensamiento positivo, motivante y acostémonos igual, agradeciendo el día vivido, apreciando la vida, cada emoción y sobretodo, con la seguridad que todo lo que esperamos que llegue llegara, solo debemos desearlo, enviando al universo la mejor energía, controlando a la loca de nuestra casa.
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