Creciendo de las caídas

A nadie le gusta equivocarse y mucho menos caer, pero es inevitable no cometer errores, somos humanos y desafortunadamente tendemos a aprender la lección una vez hemos cometido la falta. Esto no está mal, es solo una forma más de nuestra especie de crecer y aprender. Lo que sí está mal, es que continuemos castigándonos por esa caída, perjudicando nuestro presente con algo que es parte del pasado pues ya paso, y no importa cuánto nos lamentemos por ello, nada cambiara lo que ya ocurrió.

En mi recorrido, he cometido todos los errores habidos y por haber y en todos los aspectos de mi vida, he caído bajo muchas circunstancias y he tenido que sacar de lo profundo de mi pecho el valor necesario para levantarme y sostenerme con dignidad. En el largo camino que emprendí para mejorar mi vida, supe que debía saber perdonarme por mis faltas y tomarlas como una oportunidad para crecer, evolucionar y mejorar para que eso nunca me volviera a suceder.

Decidí no dejar que mis caídas se convirtieran en algo crónico y a analizar mis acciones, mis sentimientos, para poder descifrar la razón de mi proceder y la causa que me llevó a embarrarla. Todo esto me resulto muy complejo, pues es difícil terminar de conocerse a uno mismo, es difícil entender el porqué de ciertos pensamientos y deseos que brotan de nosotros sin consentimiento, hasta que entendí que es parte de la condición humana, esa que esta todo el tiempo tentándonos y alejándonos de nuestra tranquilidad, condición que no podemos negar, solo reformar para que ésta no afecte nuestros días.

Entonces, empecé a aceptar mis fallas para luego superarlas y así no volverlas a cometer, creciendo, madurando y aprendiendo a ver las cosas de manera más efectiva, casi hasta sabida para que mis errores y lo dañino de mi pasado no tuvieran espacio en mi presente. Como he dicho tantas veces, al pasado hay que dejarlo donde está, en el pasado, pues ya no existe y no tiene por qué aparecer a opacar nuestro presente que es lo único que cuenta y que éste sea agradable.

Es importante no rememorar nuestros atascos, pero nunca olvidar la enseñanza y el malestar que estos nos causaron ya que de esta manera evitaremos repetirlos. Dicen que cuando una misma situación se te presenta varias veces es porque no has aprendido la lección, y ésta se te seguirá presentando hasta que la aprendas.

Así que abracemos a nuestros errores con sabiduría, veámoslos como un aprendizaje más de la vida, evolucionando para así poder superarlos y no volverlos a cometer. Eso sí, por favor dejemos de culparnos por ellos y lo mas importante, aprendamos a perdonarnos pues todos podemos caer en un instante en la locura momentánea que nos hacer actuar o decir cosas que parecen estar fuera de nosotros mismos, la gracia está en prosperar de esto y aprovechar la oportunidad que se esconde detrás de cada error, la oportunidad de un cambio, de una lección, la oportunidad de lograr tus metas o tu verdadera felicidad.

¡Animo! Que si caíste, siempre te puedes volver a levantar.