Sobre Romeo y Julieta, o sobre Hombres y Mujeres
- Susie Sucesos
- 12 jun 2017
- 3 Min. de lectura

Debo confesar que como buena romántica, desde que leí la obra de Shakespeare, Romeo y Julieta cuando tenía trece años, me enamore de esta trágica historia de amor, razón por la cual con el paso de los años he visto la película más de cien veces y en todas sus versiones. Lo interesante es que en todas las oportunidades la interpretación ha variado, experimentándola siempre de manera diferente, analizando y deduciendo nuevos aspectos del ser humano.
El pasado fin de semana volví a ver la versión de 1968 y me fue inevitable no emocionarme y hasta derramar una lagrima en la escena final. Eso sí, el cinismo de la edad pronto se revelo conduciéndome a examinar cada situación dentro de la historia donde tuve mis reservas frente a varias reacciones por parte de Julieta y otras observaciones del carácter de Romeo, pero ante todo, logre detectar mucho de la psicología femenina en la personalidad de la protagonista, dejando en descubierto que Shakespeare sabia de lo que hablaba y en definitiva, conocía bien a las mujeres.
Como en la mayoría de las circunstancias que he conocido, incluidas experiencias personales, revelé que somos nosotras las que encaminamos lo que sucede, llevando las riendas de la situación para no perder el control y sentirnos seguras de la relación. Podemos ver en el Acto IV como Julieta concreta a Romeo, exigiéndole una demostración de su amor y que mejor manifestación que una opción que asegure la unión de los dos. Por supuesto me refiero a la más fijada, el matrimonio.
Es fascinante percibir como orienta toda la conversación en el balcón para que Romeo acepte casarse con ella, determinando sola, el futuro de la relación mientras que Romeo, seducido por sus encantos accede a todo lo que ésta le propone entre besos y caricias prometedoras. Si, tal cual como lo hacemos hoy en día nosotras, donde seducimos para lograr lo que queremos, usando ese don que nos dio la vida y el cual debemos aprovechar.
Todo lo anterior es válido, lo que no me agrado de esta situación fue ver en Julieta a varias mujeres de nuestra época, ya que no solo Julieta ha jugado estas cartas sino miles de mujeres pues se nos ha inculcado que solo así, adquiriremos la seguridad dentro de nuestra relación. Está bien soñar con casarse y luchar por ello, pero es aún mejor cuando esto se da de manera natural, cuando proviene de él, de manera espontánea y sin esperarlo pero sobretodo, sin tener que darle pullas o indirectas para lograrlo.
Lo más seguro es que él siempre acceda a nuestras peticiones y más si las hacemos de modo quejumbroso o forzoso pues está en la naturaleza del hombre dejarse absorber o, dejarse manipular con nuestras pataletas en busca de evitar un problema mayor. Y si, al final lograremos nuestro cometido, pero, ¿a qué precio y bajo qué circunstancias?
Para Julieta era admitido por la época, pero que pasa en nuestra época que aún hay casos de mujeres que continúan exigiéndole a sus parejas ese tipo de unión, en lugar de estar exigiendo un compromiso verdadero, una promesa de amor y cuidado que puede ser más fuerte que el mismo matrimonio.
Deberíamos dejar a un lado el hecho que el matrimonio es necesario ya que lo único que en verdad viene a ser necesario es que haya amor, confianza y un buen dialogo. La seguridad que sentimos por nuestra relación no puede depender de un convencionalismo sino dentro de los detalles dentro de cada día, de hechos que nos demuestran de manera real lo amadas que somos por nuestra pareja.
Sobre la historia de amor de todos los tiempos, aprendamos de Julieta como podemos lograr lo que queremos con seducción, con besos, con amor. Dejemos de ser policías de la relación y de exigir cosas que se deben dar sin tener que ser violentadas. De esta actitud es que proviene tu seguridad, no solo en tu pareja sino en ti misma como mujer, por eso si es tanto tu afán por casarte es mejor que des tú el paso y se lo propongas, a tener que continuar con las indirectas o comentarios de que ya es hora.
Vivamos en una relación apasionada, sin apegos ni exigencias. Enfoquémonos el construir un compromiso duradero y fuerte y el cual no involucra ningún papel. Por eso no te afanes, si quieres casarte todo se dará para que así sea, solo deséalo y lucha por el amor dentro de tu relación, sin tener que darle tú las ideas a tu pareja para que a éste le nazca pedirte que seas su esposa. Solo amalo y deja que sea de él que brote la idea, de esta manera el recuerdo será memorable y genuino.
Comments