Una mujer para no olvidar
- Susie Sucesos
- 19 jul 2017
- 3 Min. de lectura

Hoy quiero hablarles de una gran mujer la cual no solo logro inspirarme por medio de sus obras de arte, crudas pero honestas, sino con su carácter, el que nunca titubeo ni se doblego a pesar de las heridas o los obstáculos.
Hablo de Frida Kahlo, una de las cuatro hijas de un padre judío-húngaro y una madre de ascendencia indígena-mexicana, mujer de postura masculina, ojos oscuros, cejas unidas, boca dinámica, mirada tranquila y alma inquebrantable. Superviviente del polio cuando era una niña y de un terrible accidente en un tranvía cuando tenía dieciocho años y el que le dejo heridas comprometedoras que la dejaron postrada en una cama por más de un año.
Y aquí empieza la lucha de Frida. Lamentablemente el accidente en el tranvía marca su vida para siempre afectando de manera permanente su columna vertebral, hombros y costillas, también su pelvis la que quedo astillada y por eso nunca pudo cumplir su sueño de tener hijos. Los daños en su pie, el cual más tarde perdería por gangrena, le dejaron una leve cojera que solo fortaleció su espíritu luchador.
Irónicamente, fue en esa cama mientras se recuperaba de sus heridas que Frida se encontró con la pintura, despertando en ella el don que le había dado la vida, la cual de una u otra manera la habían llevado a su destino, a ese talento de donde brotaría su alegría mientras lograba liberar todo lo que la agobiaba, expresando de la mejor manera, todo lo que sentía y no podía gritar en voz alta. Así, se volvió artista y una de las mejores pues era sincera y trasparente con sus obras de arte con las cuales puedes conocer un poco de su vida, de sus aspiraciones y batallas internas.
Sufrió más de 30 operaciones a lo largo de su vida y aun cuando se sintiera cansada o adolorida, nunca dejo de luchar por ella, por sus sueños. Tampoco dejo de pintar, pues para ella no existían las excusas para hacer lo que te apasiona o aquello que te mantiene alerta y llena de propósito.
Aun con sus penas del alma y del cuerpo, nunca dejo de soñar, de amar, de reír, de bailar, de ser mujer fuerte y poderosa que podía ser esposa, amante, cocinera, pintora, comunista, amante de los animales, poeta, bohemia, cantante, bisexual, bebedora tenaz de tequila, fumadora, y víctima del dolor.
¿Qué por qué les sigo hablando de esta mujer? Porque ella logro motivarme, enseñándome que no importa que tan grande sea la herida, siempre puedes estar peor. Me enseño que la lucha por uno mismo es lo más importante, como lo son los sueños y la vida misma pues aun con sus problemas, vale la pena apreciarla y luchar por vivirla con una sonrisa en nuestro rostro, esperando siempre lo mejor.
Frida Kahlo es el ejemplo perfecto de la guerrera incansable que nunca se rinde, entregando todo de ella a su arte, a su familia y a su corazón, el cual amo en todas las circunstancias, lloro y se derrumbó, pero sabiendo que se levantaría con más fuerza y tenacidad para seguir latiendo.
De eso se trata la vida, de levantarse siempre ante cualquier caída para poder seguir disfrutando de lo bueno, el que apreciaremos mucho más, después de conocer lo malo. Por eso, las invito a que amemos como si fuéramos a morir mañana y luchemos contra las adversidades como si fuéramos a vivir para siempre.
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