Una pausa para el emprendimiento

Quiero explicarle a las lectoras que me contactaron la razón por la cual no encontraron los artículos publicados los días que son. Antes que nada quiero pedirles disculpas por tan repentino silencio que aunque no lo crean, llego también a invadir los últimos días de mi vida.

Varios cambios en algunos de mis proyectos me obligaron a estar ocupada como también la necesidad de replantear todo y descansar por un momento de tanto agobio que trae el emprender.

Es cierto, emprender es difícil y hasta agotador. Debes trabajar horas extra, fines de semana, lidiar con todo lo que sucede a tu alrededor y sin esa pausa o desconexión que te brinda un trabajo estable del cual te puedes desprender en cuanto llegas a tu casa.

Sí, es difícil emprender pero también es muy enriquecedor pues al final del día, aun cansada, tu mente se siente feliz pues tiene la certeza de que no será así para siempre y que si sigues trabajando fuertemente, lograras todo lo que te propongas.

Tal vez por todo lo anterior fue que decidí hacer una pausa, concentrándome en mi misma, lejos de la tecnología incluso de lo que más me gusta, escribir. Fue necesario pasar unos días en silencio de todo lo que me preocupa y una vez más, encontrarme conmigo misma.

Hoy, vuelvo renovada y con más energías que nunca pues para tener resultados no basta con solo desearlo, también debes trabajar duro para conseguir todo lo que quieres. Por eso, les digo a ustedes mujeres emprendedoras que no teman hacer una pausa para luego continuar con más ganas que antes. Es importante también cuidar de nosotras, de nuestra salud y relaciones interpersonales.

Pues como siempre les digo, lo más significativo y la verdadera esencia de la vida es que encuentren un propósito, ese sueño que las desvela y una vez lo hagan, empiecen a luchar por conseguirlo, haciendo pausas para no desgastarnos mental y físicamente, pero sin rendirse nunca, sabiendo que después de la pausa, la lucha continúa hasta conseguir llegar a la meta.

¡Feliz día!