Del tormento a la adhesión
- Susie Sucesos
- 6 sept 2017
- 2 Min. de lectura

Esta es la historia de cuatro amigos que se volvieron familia después de compartir el peor día en la vida de uno de ellos.
Estas personas eran amigos, de esos amigos que se ven de vez en cuando pero que no saben mucho de la vida del otro. Hablo de esos amigos que se toman unos tragos sin ahondar en lo real pues ninguno sabía la verdadera situación o pensamientos del otro por lo que se concentraban en hablar de temas superficiales para no tener que profundizar en nada personal.
Pero la vida da muchas vueltas y un día uno de ellos se vio envuelto en unas horas repletas de tormento y destrucción total del mundo como lo conocía. Su familia había quebrado y sin poder advertirlo se vio recibiendo en su puerta a un juez, a varios policías y a una orden de desalojo. Su familia lo había perdido todo y ahora, perdía también su casa.
Su mama, histérica por la angustia no sabía cómo actuar por lo que tuvo que hacerse cargo de la situación. Asustado, no sabía a quién llamar, dándose cuenta que no contaban con nadie de su familia pues no sintió la confianza de llamar a alguno de ellos. Luego pensó en los amigos, los que eran pocos, pero sería el momento correcto de saber quiénes eran los reales y quiénes no.
Tomo su celular y llamo a Carlos, con quien sentía más afinidad. Sin demora, Carlos llego para ayudarlo a empacar toda una vida en varias cajas y en menos de 12 horas. Al verse abrumados con tantas cosas Carlos decidió llamar a Julián para que los ayudara con el trasteo forzoso.
Julián llego de inmediato en compañía de Cesar y así, juntos continuaron ayudando a su amigo quien angustiado se debatía entre organizar las cosas, planear a donde ir y en calmar a su mamá.
Después que todo paso, pudo por fin llorar desconsolado. Acababa de perder su casa donde había vivido los mejores años de su vida al lado de su papá, de su familia. Tantos recuerdos se habían esfumado sin tiempo de darles una buena despedida y ni hablar de la aprehensión que invadía su pecho por no saber que vendría más adelante.
Aquel día él lo recuerda como el peor día de su vida y al que logro sobrevivir gracias a esos amigos que sin dudarlo, sin importar que estaban haciendo, corrieron a ayudarlo, conociéndose, dejándose ver como esos seres nobles y bondadosos que no solo lo apoyaron con ese desastre sino que se quedaron para curar el desastre que también habitaba en su corazón.
Así se quedaron juntos curando a su amigo y compartiendo por varios años y hasta el día de hoy todo lo malo y lo bueno, compartiendo sus vidas, volviéndose inseparables y reconociendo el significado de la verdadera amistad la cual apoya, anima, cuida, conforta, aconseja, ama, divierte, acompaña, sonríe y sufre con uno.
A veces la familia no se porta como familia pero para eso tenemos a los amigos, la familia que nosotros escogemos y con la que sabemos podremos contar toda la vida.
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