La mala comunicación
- Susie Sucesos
- 24 nov 2017
- 3 Min. de lectura

En cada sesión con mis pacientes y analizando las relaciones interpersonales de la vida diaria, me convenzo más y más que el problema que tenemos los seres humanos para relacionarnos con los otros, se basa en una mala comunicación, o lo que es peor, en una falta de comunicación.
Sea en una relación personal o profesional, nos encontramos siempre con obstáculos que hacen que la interacción con las otras personas sea complicada y que se derive en discusiones o malentendidos que dificultan nuestra relación con las personas que nos rodean.
Estos atascos suelen suceder por la mala comunicación, que se da cuando preferimos decir las cosas con indirectas, rodeos o palabras amables que no explican, ni dejan en claro nuestras intenciones o expectativas frente a la otra persona. Por otro lado, esta la falta de comunicación, que es cuando preferimos callar, dejando a un lado al dialogo por miedo o comodidad.
¿Se han dado cuenta como con los amigos no existe esta clase de problemas? Bueno, esto se debe a que con nuestros amigos, se ha construido un vínculo de confianza que nos permite ser nosotros mismos, y por lo que no vacilamos en decirles las cosas, tal cual como las estamos pensando.
Es cierto, esta clase de claridad para expresarnos se da con la confianza y el tiempo, pero, no sería todo más fácil si en vez de dar lugar a malas interpretaciones, fuéramos siempre sinceros con la gente, ¿sean o no de nuestro agrado?
Les pongo el ejemplo de una paciente que lleva varios meses saliendo con una persona de la cual ha llegado a apegarse emocionalmente. El problema, es que llevan varios meses disfrutando el uno del otro, pero nunca han hablado si la relación va en serio o que esperan de su relación.
Si esta clase de interacción con su pareja tuviera feliz a mi paciente, la situación seria aceptable, pero no es así. Ella sufre en silencio al no saber que esperar de él, mientras sus sentimientos se ven cada día más involucrados y por lo que le aconseje ser sincera con él y que no temiera ponerle las cartas sobre la mesa.
Como dice el dicho, “es mejor una vez colorado que cientos descolorido” y sea la respuesta positiva o negativa, por lo menos sabrá a qué atenerse y no continuar en una relación intermitente en la que ella no sabe dónde está parada y donde pueden verse afectados sus sentimientos.
Lo mismo puede suceder en nuestra vida laboral, cuando tenemos una mala comunicación o una comunicación nula con compañeros del trabajo o con nuestro jefe. Por miedo o por evitar discusiones, dejamos de decir lo que sentimos y pensamos, creando una bola de nieve que crecerá con el tiempo y la que explotara cuando ya sea muy tarde para arreglar la situación con una conversación.
No dejemos que las situaciones sean más grandes que nosotras y tomemos las riendas de nuestra vida. Seamos sinceras con la gente y sobretodo con nosotras, pues solo de esta manera sabremos que queremos y como pedirlo, hablando las cosas como son.
Les aseguro que el día que empecemos a dialogar con autenticidad, dejaremos a un lado los altercados y malentendidos y sobretodo, sabremos que esperar de la gente, de las circunstancias y de las relaciones personales que permitimos sean parte de nuestra vida.
¡Feliz viernes!
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