El por qué de la Química
- Susie Sucesos
- 23 feb 2018
- 2 Min. de lectura

Que sensación tan sorprendente, la que aparece cuando ves a una persona por primera vez y de pronto, tienes la sensación de que tu vida nunca volverá a ser igual.
Este estremecimiento es la química, esa que se produce cuando nos enamoramos y que no es más que un producto de las hormonas que liberan químicos en nuestro cerebro como la dopamina, la serotonina y la oxitócina, que cambian nuestra percepción del mundo por una más optimista.
Esta liberación de químicos es tan fuerte que consigue conmover nuestra vida, volviéndonos adictos a esa emoción que suele ser igual de poderosa que cualquier droga, razón por la cual la tranquilidad es nuestra cuando estamos con esa persona o la desdicha, cuando no.
La ciencia no engaña, pero tampoco lo hace el corazón. Puede que aquella descarga química ocurra cuando nos cruzamos con una persona especial, siendo una señal de nuestro cuerpo el que nos avisa que prestemos atención a esa persona o situación.
La química es real y se da cuando dos personas que están destinadas a conocerse y atraerse se encuentran por primera vez. Esto es el destino, ese impredecible que le gusta sorprendernos para hacernos la vida más interesante.
Algunas veces, la química no se da de manera inmediata sino a medida que compartimos tiempo con esa persona, y la que se confirma con cada sonrisa y mirada, donde con un simple roce o abrazo podemos sentir su descarga.
Podemos enamorarnos muchas veces y experimentar esa química siempre, pues ésta viene con el amor y para unir dos almas que están destinadas a entrelazarse, sea para quedarse juntas toda la vida o para separarse, pero dejando la lección aprendida.
Algunas personas solo pasan por nuestra vida por un tiempo, pero lo hacen para enseñarnos algo o ayudarnos a crecer. Cada experiencia es enriquecedora para el alma y aun cuando a veces duela, es parte de esta aventura a la que llamamos vida.
Lo que es un hecho es que no debemos dejar pasar esos momentos repletos de química, pues existe por una razón. Recuerda que nada en esta vida es casualidad y lo maravilloso de vivir es descubrir el porqué de las cosas que nos suceden. No huyas de tu instinto y atrévete a descifrar las situaciones que se te presentan.
Tampoco intentes evitar lo inevitable y hacerle el quite a lo que sientes solo por miedo a sufrir. A mi parecer, los dolores solo vienen a hacerte más fuerte y a enseñarte a disfrutar más de los días felices. No olvidemos que sin lo ácido, no podemos apreciar lo dulce.
Por eso, déjate llevar por esas sensaciones, no son más que señales del camino que debes seguir. Arriesgare y vive el día a día, que la clave está en vivir el momento y en el camino entenderás el porqué de la reacción de tu cerebro.
¡Feliz día!
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