Alma en construcción

Algunas veces nos vemos enfrentados con lo que somos o con lo que queremos, como si nos dividiéramos en dos personas desiguales que combaten en nuestra mente por tener el poder y mando de nuestras decisiones.

Y de pronto te das cuenta que no tienes el control de ti mismo, y que de alguna manera te encuentras diciendo algo que no querías o lo que es peor, actuando de una manera que no tiene nada que ver con la persona que en realidad eres.

Estos momentos son los más difíciles y lo sé, pues a medida que me voy haciendo vieja me enfrento más a este tipo de situaciones. Tal vez porque con la edad nos volvemos más agrios y menos certeros, o simplemente, porque es parte del proceso de seguir creciendo.

Debemos confrontar a las dualidades en nuestra mente y decidir qué hacer con todo aquello que nos afecta o estanca, endureciendo el carácter sin olvidar nunca a la nobleza ya que no importa lo que vivamos, jamás debemos dejarnos corromper por los malos sentimientos.

Sonriamosle al universo, pues es fascinante como éste nos desafía a ser mejores o peores, estimulándonos para que continuemos aprendiendo de cada lección, construyendo lo que somos y seremos.

Con cada día nuestra alma se va labrando, pues siempre está en constante crecimiento, crecimiento que se estanca si nosotros lo permitimos, si dejamos que todo lo externo nos afecte para mal, y el éxito del reto está en seguir adelante sin conservar rencor o tristeza en nuestra alma.

Cada vivencia puede ser vista como un hermoso recuerdo para nuestros días futuros o como una increíble lección para que no volvamos a tropezar con la misma piedra y sigamos caminando este camino que llamamos vida, siendo más sabios y más decididos con lo que permitimos entre a nuestros días.

Por todo lo anterior, hoy quiero decirte que no importa lo que pase o lo que tengas que soportar, los problemas pasan y no hay nada que el tiempo no cure. Cada dolor que recibas lo podrás enfrentar, como cada obstáculo, pues el universo no te hará vivir nada que no puedas superar.

Como siempre digo, confía y veras que todo se soluciona y todo pasa. Eso sí, no permitas que las circunstancias adversas dañen quien eres. Por nada del mundo corrompas tu mente y mucho menos tu corazón.

Los seres sabios y fuertes aprenden la lección pero nunca se endurecen por ella, al contrario, continúan caminando con más amor en sus almas pues han evolucionado y lo agradecen siendo felices y nobles sin importar lo vivido.

¡Feliz día!